El gnosticismo es una de las grandes filosofías paganas anteriores a Cristo y la Era Cristiana, que luego fue mezclada con el cristianismo puro, para formar una religión apóstata que ha prevalecido en el mundo desde los primeros días de esa era. Para los estudiosos del evangelio, su mayor interés estriba en el hecho de que el concepto gnóstico de Dios fue adoptado, en gran parte, por los concilios de la iglesia primitiva, con el resultado de que los cristianos modernos, al aceptar estos credos primitivos, están adorando con un concepto falso de Dios al que se ha dado nombres cristianos. "Los gnósticos enseñaron que existe desde la eternidad;" explica el Elder B. H. Roberts, "un Ser que encarna todas las verdades, un Ser que es la luz más pura que se difunde en el espacio ilimitado al que llaman Pleroma. " En el debido tiempo fue creada una familia celestial y sus miembros eran llamados Aeones. Uno de estos Aeones creó la tierra, formó al hombre con un cuerpo imperfecto y trató de derribar "la autoridad del Dios supremo." Para los gnósticos la salvación consiste en restaurar la libertad a los "espíritus aprisionados ahora por un cuerpo," disolviendo la "fábrica del mundo." "Cuando los seguidores de esta filosofía se convirtieron al cristianismo, vieron a Jesucristo y el Espíritu Santo como a los últimos Aeones o emanaciones de la Deidad, enviados para emancipar al hombre de la tiranía de la materia al revelarles al Dios verdadero, y prepararlos ‑ a través del conocimiento perfecto para entrar en el sagrado Pleroma. Junto con esto sin embargo, algunos de estos cristianos gnósticos sostenían que Jesús no tenía cuerpo, sino que era un fantasma sin substancia que constantemente engañaba los sentidos de los que estaban con él. Otros afirmaban que sin duda había existido un hombre llamado Jesús, nacido de padres terrenales y sobre quien había descendido uno de los Aeones, llamado Cristo, durante su bautismo y que había dejado el Pleroma por esa razón; pero antes de la crucifixión del hombre Jesús, había salido de él y vuelto a la Deidad." (Outlines of Ecclesiastical History, pp. 183‑194.)
Bruce R. McConkie